Hola!! Soy Juanjo Albiñana, cómico profesional con una larga trayectoria y bla, bla, bla…
Podría empezar aquí a alardear de todo lo que he hecho en mis 20 años… en los escenarios… en la vida llevo 40!!! si hij@ si, llevo más de la mitad de mi vida diciendo tonterías solo que ahora, me lo estoy tomando más en serio.
¿Con qué objetivo?
Ayudar a más gente, cada día mi intención es ayudar a más y más gente a conseguir lo que sea que quieran en su vida, porque para eso estamos todos aquí, para dar, dar y dar.
El regalo
De momento por suscribirte te vas a llevar un audio en el que te cuento una historia personalmente, en ese audio lo que pretendo es hacerte el humor (¿has visto cómo he usado la palabra humor en vez de amor? creo que soy el primero que lo hace en la historia de la comedia)
En fin, suscríbete y recibirás, todos los días, sí, TODOS LOS DÍAS a las 13:01 un mail en el que espero sacarte alguna risa, una sonrisa o darte algo de valor y que te pueda servir.
¿Por qué a las 13:01?
Porque me subí por primera vez a un escenario el 13 de Enero de 2005 y la verdad, me gusta esa hora, una hora rara y a la que te pille descansando de tu trabajo para poder leerme.
Miles de personas han confiado en mí, literal bro (hablo el idioma del futuro como puedes ver) Soy un cómico excelente o como dicen los jóvenes de hoy en día soy un cómico “PEC” si no sabes lo que es búscalo, no te lo voy a explicar aquí, pero vas a flipar… si quieres contratarme es por aquí
¿Eres un sinvergüenza?
¿Todavía no?
¿Y a qué esperas?
Estamos de acuerdo en que la mayoría de personas tiene guardada la palabra “sinverguënza” en el cajón de las “palabrotas” “grosería” o “malas palabras” y nada más lejos.
En mi opinión no solicitada de hoy ser un sinvergüenza es más bien una virtud, en vez de un defecto, porque tengo una pregunta
¿Qué utilidad tiene la vergüenza?
(Aparte de obligarme a ponerle diéresis cada vez que la escribo 😂).
El miedo, por ejemplo, tiene sentido: nos puede salvar la vida.
Sin miedo, meteríamos la mano en el fuego, saltaríamos por la ventana…
O, peor aún: aceptaríamos un contrato fijo de oficina para toda la vida.
¡Qué locura, ¿no?!
Pero la vergüenza…
La vergüenza lo único que hace es robarnos experiencias, risas y libertad.
Si yo tuviera vergüenza, jamás habría hecho esto:
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